BZ. ÉSTE ANÁLISIS CONTINUARÁ…

Como científicos sociales y humanos en formación, este semestre tuvimos la oportunidad de analizar todos los aspectos relacionados con Bogotá rural. Teniendo en cuenta los acontecimientos que la afectaban, los que permitían el desarrollo de esta y otros que generaban innovaciones en lo rural. Semana tras semana registramos noticias relevantes de las categorías planteadas en un primer momento, ya que se evidenciaba información sobre las localidades rurales, el campesinado capitalino, las zonas naturales y el medio ambiente. Esto nos permitió obtener una mirada más amplia, que logró cambiar nuestra concepción de lo que es Bogotá, ya que al comenzar este ciclo desconocíamos este panorama y la importancia de este sobre la capital. 
Foto: Reserva El Delirio. 




Después de 4 meses de seguimiento a la Bogotá rural, podemos decir que esta goza de gran variedad de ecosistemas que mantienen el equilibrio ambiental de la ciudad. Es por esto que la administración de Peñalosa se ha enfocado en la   protección de los recursos naturales, pues estos dan sustento a las necesidades de los bogotanos, aunque paradójicamente se han aceptado proyectos que dañan el ecosistema por una visión capitalista, esto se refleja en la expansión de lo urbano. Proponemos la continuación de políticas públicas que beneficien a las zonas naturales y a los habitantes que residen en estas, puesto que lo rural es un aspecto primordial para el sustento y desarrollo de la ciudad.

Por otro lado, identificamos que existe una falta de atención por parte de la Administración Distrital, Secretaría Distrital de Ambiente y Secretaría de Hábitat a algunos barrios que son denominados en el marco de lo rural. Pues así lo evidenciamos en las dos salidas de campo, a los 4 barrios que visitamos; Santa Librada, San Francisco, Aguas Claras y Alborizadora alta, ubicados en localidades rurales Usme, Ciudad Bolívar y San Cristóbal. Esto se ve reflejado en la calidad de transporte, ya que el servicio es deficiente tanto en capacidad como en estructura, igualmente en seguridad, ya que las entidades prestadoras de este servicio no son eficientes, por último en educación pública se encontró que esta no es de fácil acceso para toda la población y así mismo se refleja una ausencia de personal docente e instalaciones.

Para concluir, consideramos que pocas personas pueden dar cuenta de lo que significa en realidad Bogotá Rural, debido a que no se tiene una definición adecuada del término. Igualmente los medios de comunicación se encargan de difundir el estigma de violencia que se presenta en estas partes de la capital, lo que provoca que la ciudadanía reafirme su miedo hacía estas zonas, generando así un estereotipo que no permite que la población disfrute de las áreas naturales que podrían ser realmente turísticas en la Bogotá rural.