EL PRINCIPIO DEL FIN
Como científicos
sociales y humanos en formación, tuvimos la oportunidad este semestre de dar
cuenta sobre los fenómenos que acontecieron en la Bogotá Rural. Distintas
noticias que informaron sobre la situación semana tras semana en zonas que
hacen parte de Bogotá y sus alrededores, involucrando principalmente el medio
ambiente, la conservación y buen uso de recursos naturales y la situación que
vive al respecto el campesinado en éstas zonas de la capital.
Un aspecto importante
por el cual se puede empezar, es el cambio de alcaldía, en donde pasamos de una
Bogotá Humana incluyente, a una Bogotá que a pesar que dice ser “Mejor para
todos”, resulta que se preocupa por un avance estructural y económico dejando
el pueblo a un lado. ¿De qué forma?, en la actual alcaldía se ha dado un cambio
notorio respecto a la reducción de zonas rurales. Dentro de dichas propuestas,
se encuentra la más controvertida y anunciada en medios, siendo ésta la
propuesta de urbanizar parte de la reserva Van der Hammen. Además, se ha
reducido el espacio público para ventas de los campesinos en varias localidades
junto a la construcción sobre humedales. Estos son temas a los que le prestamos
una importancia mayor por las consecuencias que generan en un futuro no muy
lejano que resultan afectando a gran parte de la población bogotana. Por
ejemplo, enfoquémonos en la propuesta de urbanización del actual alcalde en la
reserva Van der Hammen. En el momento de que dicha reserva posea un cambio
destinado a la construcción, dejará como consecuencia el daño ambiental de la
zona a causa de la maquinaria, muchos animales se verán forzados a salir como
es el caso de mariposas y aves migratorias; inclusive, muchos tipos de plantas
morirían en el acto. Ya bastante daño le hemos hecho a la naturaleza con
especies no endémicas debido a la toma de malas decisiones, para ahora venir dañarla
de ésta manera. Recordemos, primero vive la tierra sin nosotros que nosotros
sin ella. Así, demostramos nuestra inconformidad en este proyecto que aún se
evalúa y que esperamos que no se vaya a aprobar por el bien de la ciudad.
Así mismo, tuvimos
la oportunidad de conocer las posturas de a una parte de la ciudadanía frente a
ésta coyuntura, sus opiniones sobre los temas planteados anteriormente, o
simplemente, si tenían alguna idea general de las múltiples afectaciones en la
zona rural de la ciudad. El resultado demuestra que la mayoría de las personas
a las cuales se les hizo las preguntas, no tenían idea alguna del tema, no
estaban informados o simplemente no era de su interés.
Las zonas
rurales son sitios de suma y vital importancia para una ciudad tan grande como
lo es Bogotá; nos provee de recursos, es nuestra fuente principal de alimentos
naturales, refugio de miles de animales que incluso se encuentran en vía de
exención y todo a causa del mal cuidado.
El mensaje que
queremos dejar como participantes totalmente activos de ésta sociedad es: se
debe tomar conciencia tanto de la preservación, como en del buen uso de la
naturaleza, la que encontramos mayormente en parques y zonas verdes que hacen
parte de una ruralidad totalmente olvidada por nosotros debido a la gran importancia
que le damos a los grandes edificios y desarrollo económico por medio de la
industria que, diariamente se sacia de la riqueza natural que posee la Bogotá Rural
y que al paso en que vamos, se extinguirá más pronto de lo que pensamos.
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