Los problemas del campo y el gremio campesino está condicionado por factores principalmente territoriales y ambientales, claro está por el invisible manejo de las políticas públicas que aquejan día a día al campesinado bogotano. En primer lugar las dinámicas urbano-rurales que se presentan con las expansión de la ciudad de modo horizontal abarcando zonas y predios, afectan fuertemente al campesino que está siendo desplazado y poco escuchado, ya que el conflicto por el suelo se encuentra en las manos de dos entes, aún sabiendo que los verdaderos dueños son los habitantes que han mantenido el control, orden y producción de estos; por un lado el Estado que no cumple con los acuerdos para la defensa del gremio campesino y por supuesto las mejoras de vida y trabajo en el campo; al contrario aparecen más constructoras, que no tienen en cuenta la estructura de la ciudad y la mayoría logra permisos del Distrito ; y por otro lado, la constante aparición de grupos armados e insurgentes, que atentan con la vida, producción y el territorio. ¿a quién pertenece realmente el territorio? Es una pregunta que nos planteamos como comunidad que mantiene una preocupación por el cumplimiento de acuerdos que se han venido luchando a lo largo de los años.
Ahora bien, la situación rural de la capital y del país se encuentra en crisis, la participación del gremio campesino es obsoleta ante las diferentes manifestaciones que estos han realizado años atrás. ¿Para qué sirven realmente las políticas públicas e intervenciones del Estado? es una de las muchas cuestiones sin resolver que enfrenta la población campesina de las localidades con área rural en la capital.
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